El Moguer dice adiós al sueño de la Copa del Rey (3-3)
El empate, insuficiente tras la derrota de la ida, se traduce en la eliminación de la Copa de Andalucía
El sueño de la Copa del Rey llegó a su fin para el Moguer. El conjunto onubense no logró remontar la eliminatoria en el partido de vuelta disputado en tierras cordobesas y cayó eliminado a las primeras de cambio. El mal resultado de la ida (0-1) y un arranque desafortunado en el segundo encuentro fueron una losa demasiado pesada para los de Juan Palma, que estuvieron muy cerca de obrar la machada en Belmez. Pese a lograr igualar el marcador global con un vibrante 3-3 tras ir perdiendo 3-1, al equipo le faltó un solo gol para forzar la tanda de penaltis. Ese tanto no llegó y con él se desvaneció toda posibilidad de disputar la próxima edición del torneo.
El encuentro comenzó con buenas sensaciones para el Moguer. El equipo salió con intensidad, pero las ilusiones se deshicieron rápidamente. En el minuto 6, un córner a favor del Belmezano acabó en gol: Lalo Sillero remató solo dentro del área para firmar el 1-0. El golpe fue duro, y poco después, Alberto evitó el segundo tras un disparo claro de Sergio. Sin embargo, un minuto más tarde, otro saque de esquina terminó en el 2-0: esta vez fue Pablo Fernández quien cabeceó en el primer palo. Apenas se habían jugado 9 minutos y el Moguer ya necesitaba tres goles para darle la vuelta a la eliminatoria.
El panorama pudo ser aún peor. El Belmezano dispuso de tres ocasiones muy claras para ampliar su ventaja: un disparo alto de Sancho y dos llegadas peligrosas de Luis Fernández, una fuera y otra rozando el poste. El Moguer parecía noqueado, pero en el minuto 22 Melli robó un balón al último defensor y asistió a Pepe Cárdenas, que marcó a placer el 2-1. El gol devolvía la esperanza a los amarillos tras un error del rival. Poco después, Javi Acosta tuvo el empate con un cabezazo a la salida de un córner, pero el balón se fue rozando el larguero.
El Belmezano buscaba hacer daño al contragolpe, especialmente por la banda de un incisivo Luis Fernández, que volvió loca a la defensa moguereña. Superada la media hora, el atacante tuvo una gran ocasión que se fue alta. Poco después, Pepe Cárdenas rozó el empate tras rematar dentro del área, pero Barroso sacó una gran mano, y en el rechace David Sánchez no acertó. En la jugada siguiente, Sergio Torres no aprovechó una asistencia clara de Luis. El partido se convirtió en un ida y vuelta trepidante. Alberto Sánchez salvó el tercero del rival y Alberto Feria respondió con un potente disparo lejano que se fue alto. En el minuto 45 llegó el 3-1: Luis Fernández remató solo en el área chica y encarriló el pase a octavos para el conjunto cordobés. Así se llegó al descanso, con un nuevo mazazo para el Moguer.
En la segunda mitad, los de Juan Palma salieron decididos a buscar el gol. Pepe Cárdenas avisó con un buen disparo que se marchó fuera, aunque el Belmezano también pudo hacer el cuarto en una acción de Luis que rozó el larguero. El Moguer tenía dificultades para generar peligro, incluso tras los cambios de Manu Torres y Dani Rodríguez, y fue el Belmezano quien estuvo más cerca del gol: un error del portero Alberto casi le cuesta caro, aunque luego enmendó su fallo con una gran parada a Sancho. El Moguer lo intentó con un cabezazo de Cárdenas y un libre directo de Manu Torres que se marchó muy desviado.
El Belmezano también vio anulado un gol por fuera de juego. En el minuto 78, el Moguer recortó distancias: córner al área y cabezazo de Víctor Sánchez para el 3-2. El tanto dio alas al conjunto onubense, que cinco minutos después empató. Dani Rodríguez conectó un disparo desde la frontal que desvió Manu Torres, despistando al portero rival. 3-3 y locura entre los aficionados moguereños desplazados, que coreaban el «¡sí se puede!». El equipo estaba a un solo gol de forzar los penaltis y lo tuvo en la recta final: Alberto Feria probó con un trallazo que rechazó el guardameta, y Manu Torres, con todo a favor, mandó el balón fuera. Ahí estuvo el 3-4 y la clasificación. Pero no pudo ser. El Moguer rozó la hazaña, pero se quedó a las puertas.
