SE CUMPLEN VEINTE AÑOS DESDE QUE ISLA CHICA QUEDÓ HUÉRFANA

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Se cumplen veinte años desde que el Estadio Colombino fuera demolido y el barrio que respiraba fútbol por los cuatro costados, quedara huérfano

 

 

El 6 de septiembre de 1957 es una de las muchas fechas que la afición recreativista no olvida y no debería de olvidar. Aquel día, a las 17:00 horas, se abrían por primera vez las puertas del Nuevo Estadio Municipal -Estadio Colombino-. Una inauguración que nadie en Huelva y provincia se quiso perder. Se registró un lleno hasta la bandera; el invitado, nada más y nada menos que el equipo que en aquella época ostentaba más títulos, los leones. O lo que es lo mismo, el Athletic Club de Bilbao.

 

El nuevo recinto fue bendecido por el vicario de la Diócesis y la señora del alcalde de la capital, acto seguido el propio alcalde, Antonio Segovia, realizó el saque de honor. Primer partido y primera victoria del Recreativo de Huelva en la que sería su casa durante más de dos dicenios.

 

Pero hoy toca hablar de otra fecha que tampoco debe olvidar ningún aficionado, y es que tal día como hoy el Decano jugaba su último partido en la que había sido su casa durante cuarenta y cuatro años, tocaba mudanza tanto de domicilio como de categoría. Aquella temporada el Decano sellaría su ascenso a Primera División por segunda vez en casi 112 años de historia.

 

 

Aquel día, con el gran Lucas Alcaraz en el banquillo, no fue capaz de conseguir la victoria aun jugando con uno más durante cincuenta minutos tras la expulsión del centrocampista Roa. Así resumía el encuentro el míster del Decano tras la finalización del mismo «el partido ha sido muy claro. Hemos dominado territorialmente y, tras la expulsión, sabíamos que teníamos que aprovechar las ocasiones que íbamos a tener. No ha sido así y cuando fallas las oportunidades sabes que este tipo de partidos están condenados al 0-0. El césped estaba infame».

 

Aquel día se apagaron las luces del estadio para nunca más verlas lucir. Aquel día miles de aficionados abandonaron sus asientos (en muchos de los casos localidades de hormigón) sabiendo que nunca más volverían a ellos. Desde encontes, el barrio de Isla Chica no volvería a ser igual. Se cerró una etapa, se cerró un capitulo que nunca, nunca jamás olvidaremos.

 

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