(Foto: sportshuelva.com / David Gómez)

 A la atención de quien quiera que se tope con este modesto artículo de opinión y con la intención de que nadie se sienta ofendido por lo que, a continuación, va a leer.

 

 

En plena tempestad, bastante bueno es el momento deportivo que atraviesa nuestro Recreativo. Sí, en plena tormenta, en la categoría más baja en la que ha militado el Decano del fútbol español en sus casi 132 años de historia. No quiero hacer mucho hincapié para no abrir cajones que guardan recuerdos nefastos, pero es inevitable no recordar ese plantel que en la pasada campaña 2020/2021 condujo al Recre a la más profunda de las categorías en las que ha competido. Parece inconcebible que una de las plantillas de mayor valor económico de la ya extinta 2ª División “B” experimentase un doble descenso en una misma temporada. Pues sí. Y fruto de ese doble descenso, el Recreativo de Huelva es uno de los diecisiete equipos que conforman el grupo X de la 3ª RFEF, la quinta división del fútbol español.

 

 

Tampoco incidiré mucho en este mal sueño. Como consecuentemente se hiciera, borrón y cuenta nueva. Limpia completa. Se comenzó a trabajar por un Recre del que sentirnos orgullosos, reformado completamente tanto en el ámbito deportivo como en el institucional. Y aquí estamos, a día de hoy, líderes de grupo con una ventaja importante. Partido a partido, victoria tras victoria y, lo más importante, invictos. Sin embargo, este desahogo no tiene como motivo nada de lo que he hablado antes, no.  Pocas veces hemos vivido un arranque liguero del Recre como el que han tenido los hombres de Alberto Gallego, inclusive este último. Son 13 los partidos que lleva disputados el Decano en la presente campaña, de los cuales ha ganado 11 y solo ha empatado 2. Ni rastro de una sola derrota. Ojo, 13 partidos. En total, son 34 las jornadas que tienen que disputar los albiazules, por lo que quedan por delante 21 encuentros donde la exigencia no debe disminuir. Queda claro que aún no hay nada ganado y menos con los equipos que, al igual que nosotros, pelean por el ascenso a 2ª RFEF. Pero, ¿es eso motivo para privar a los recreativistas de celebrar las victorias tras los pitidos finales? Están quienes celebran con euforia cuando se consiguen los tres puntos y también están los que lo ven como un disparate. Pero oiga, ¿qué motivo hay para quitarle la ilusión a la gente? Yo mismo responderé: ninguno. Entiendo que no vea lógico celebrar descaradamente una victoria en esta categoría siendo lo que somos, pero mejor entiendo que se haga con mucha alegría. Y lo diré claro: mucho hemos llorado para que ahora nos priven de sonreir. Pues eso.

 

 

Resumiendo cuentas y sin ánimo de ofender lo más mínimo a alguien, que cada uno haga lo que desee. Las opciones a elegir son sencillas. O celebra usted y da brincos de alegría acompañados de cánticos y palmas tras una victoria, o aplaude usted humildemente el esfuerzo de los que defienden su escudo y sale del estadio contento por una simple victoria. Pero no hay necesidad de soltar negatividad dentro de esa felicidad que inunda -momentáneamente- a los recreativistas. En fin, que cada palo aguante su vela.

 

 

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