El patrón histórico que vincula al Recreativo con los últimos fallecimientos papales

El papa Francisco falleció este lunes a causa de un ictus cerebral

En medio de una profunda crisis deportiva, con el equipo inmerso en puestos de descenso a Segunda Federación y la afición evidenciando su creciente descontento, el recreativismo encuentra un atisbo de esperanza en un dato tan sorprendente como recurrente en la historia reciente del club. Un patrón que, aunque ajeno al terreno de juego, parece entrelazarse con el destino del Decano.
A cinco jornadas del final de la temporada, el Recreativo de Huelva se encuentra a tres puntos de la permanencia. Las sensaciones, sin embargo, apuntan en dirección opuesta: un equipo sin rumbo y una afición cada vez más resignada ante el temor real de volver, apenas dos campañas después, a la cuarta categoría del fútbol español. Tanto es así que, de producirse, llevaría al Decano a ser el máximo candidato para ascender, recuperando la categoría que llegaría a perderse… y que podría tener relación con el fallecimiento del papa Francisco este lunes a los 88 años de edad.
El pontífice, quien se estaba recuperando de unos problemas respiratorios que le obligaron a permanecer ingresado en el hospital Gemelli de Roma durante 38 días, hasta el pasado 23 de marzo, falleció este lunes a causa de un ictus cerebral que le causó un coma y un fallo cardiocirculatorio irreversible, según informó el Vaticano en su parte de defunción.
La muerte de Francisco crea una tendencia, sujeta a todo tipo de teorías, que podría llegar a favorecer al Recreativo en un período a corto y mediano plazo, pues las últimas tres ocasiones en las que murió un papa el club onubense terminó ascendiendo de categoría en un período máximo de un año.
La primera coincidencia se remonta a 1978. El Decano consumó el histórico primer ascenso a Primera División ese mismo año, tras empatar en Castellón. El equipo, dirigido esa temporada por Eusebio Ríos, logró un hito sin precedentes en la historia del club, quedando segundo clasificado y promocionando a la máxima categoría. Meses más tarde, Pablo VI falleció.
Ya en el siglo XXI, con la muerte de Juan Pablo II en 2005, la historia se volvió a repetir. En la siguiente campaña, el Recreativo firmó su mejor temporada en Segunda División, proclamándose campeón y ascendiendo a la élite del fútbol español por tercera ocasión, bajo la dirección de Marcelino García Toral.
El patrón se mantuvo más recientemente con la muerte de Benedicto XVI en 2022. En ese mismo año, el Recreativo logró el ascenso a Segunda Federación, y en 2023 repitió éxito alcanzando la Primera Federación.
Ahora, tras el fallecimiento del papa Francisco, ese curioso paralelismo vuelve a escena. Si bien el dato puede parecer anecdótico y no tiene incidencia directa en lo futbolístico, no deja de ser un elemento más que el recreativismo puede agarrar en busca de fe. Quizás no para el presente inmediato, pero sí como aliento para el futuro.
Mientras tanto, la realidad deportiva exige urgencia: cinco partidos por disputar, quince puntos en juego y la salvación a tres puntos de distancia. El camino hacia el milagro —esta vez terrenal— está más presente que nunca.