EL ÁRBITRO MUY MAL; EL RECRE, REGULAR

La contracrónica del Recre-Antequera
(Foto: Sportshuelva.com / David Gómez)
El Antequera traía un plan, el Recre había preparado otro; hasta el árbitro, por momentos, parecía tener el suyo. Pero todo acabó como empezó, y el punto es tan bueno para nosotros, como lo fue la semana anterior, para el Ceuta… Sí, es verdad; el colegiado del encuentro se cubrió de gloria con sus decisiones, y se comió con papas y arroz una penalti que pudo cambiarlo todo. Pero no nos engañemos: por más que con las palabras se ensalcen las virtudes y se traten de disimular los defectos, con el balón el Recre no hizo el sábado un buen partido: jugó demasiado a lo que quiso el rival, estuvo muchos minutos perdido, y apenas llegó a puerta. Los visitantes se impusieron en la pizarra, ganaron así la posesión y, aunque el encuentro tuvo distintas fases, podemos resumirlo en que, al final, se salieron con la suya. Recreativo 0, Antequera 0; no tiene sentido alarmarse, esto sólo acaba de empezar, y además este año estamos viendo al equipo cosas que nos gustan mucho, desde el principio. Pero hombre, a ver si este año un gran partido es un gran partido, un partido “apañao” es un partido “apañao”, y una bicicleta es una bicicleta. Dicho lo cual…
Creo que todos esperábamos la versión del equipo que vimos en la primera jornada y, confiado, me senté en mi asiento pensando en transiciones rápidas, pases precisos, y genialidades de nuestro número 8. Y también creo que, si no salió bien, esta vez no fue por la propuesta, sino porque el otro jugó mejor sus cartas; y había una que tenían marcada: Luís Alcalde. Pensando sobre todo en él, Javier Medina puso en el verde un Antequera menos “jugón” que otras veces pero que obligaba al Recre a pensar más, a jugar más en estático, y que se estaba estrellando una y otra vez contra un muro, cada vez que Alcalde no bajaba a ayudar y a recibir. Dicho de otro modo: cuando, buscando ese último pase, el mago “alargaba” y merodeaba el área rival, nuestro centro del campo no podía con el suyo (Marcelo puede él solo con dos, con tres, con lo que le eches); pero si lo separas mucho de ahí, entonces no es Luís Alcalde, y hace menos daño. Siempre ganaban ellos. Así de fácil. Y ante este dilema, Abel optaba intentar ganar la batalla en el centro, sacrificar claridad arriba, y tratar de encontrar puerta llegando también por banda.
Y es así como casi llega el premio en la primera mitad, cuando un remate de Caye hace temblar el travesaño y el Nuevo Colombino. Más tarde y, en una acción de nuestro lateral Sergio Díez, ellos cometerían el penalti que pudo haber sido la llave… pero ya sabemos lo que (no) pasó. Antes de todo eso, Chema, y más tarde Humanes, disfrutarían también de un par de ocasiones, pero sin más novedad acababa una primera mitad gris, marcada por el respeto mutuo, y por el deseo de controlar cada cosa que intentaba el rival.
Y, con matices, la segunda parte fue una repetición. Lo que no cambió fue que Marcelo se siguió ocupando de dirigir, ordenar y/o tapar lo que le tocara tapar, y que Lanzini, jugando por la derecha y acompañando al extremo de su lado, tuvo fuerzas, hasta que lo cambiaron, para oxigenar a toda la línea de centrocampistas. Por parte del Recre, no cambió Del Pozo, quien volvió a demostrar que se siente muy a gusto en cualquier tipo de partido, y ya llevamos tres tipos de partidos diferentes. A Josiel se le ve muy suelto cuando el Recre domina la posesión y, con espacio y tiempo para pensar ,muestra sus muchas cualidades; pero le cuesta horrores salir de la presión, y cuando van a por él, pierde más de una. Del Pozo parece un terminator, y se muestra impertérrito y eficaz incluso en morrocotudos líos como el del sábado, en ese centro del campo.
Abel Gómez movió el banquillo buscando que pasaran cosas diferentes, pero los cambios no dieron resultado, y la cosa murió con algún tímido acercamiento, y con el balón demasiado tiempo en nuestro campo. Se producía entonces una situación que me recordó el día del Ceuta, pero al revés: el Antequera tuvo un final de partido plácido, porque el Recre ni le supo apretar, ni le pudo encerrar lo bastante . Es decir, que si la semana anterior, el argumento de que el Ceuta no nos inquietó demasiado porque se jugó a lo que nosotros quisimos, justificaba la propuesta que hizo el Recre en el campo, el Antequera puede esta jornada decir lo mismo. El árbitro no me gustó nada, se comió el penalti y no dispensó el mismo trato a ambos equipos, pero el Recre me gustó “regular”. La verdad es que supo encajar el partido tal y como le vino, que no era como Abel quería, pero lo cierto es que lo apañó para no dar vida a un equipo que sólo venía buscando el punto. Y, tal vez, el penalti lo hubiese cambiado todo, tal vez; pero si nos agarramos a eso, ¿cómo pudimos afearle al Ceuta que se agarrase, para explicar el empate frente a nosotros, al penalti que para Rubén? Algo bueno haría el Recre en Ceuta, y algo mal haría el sábado; eso, o no vemos las cosas igual cuando nos toca a nosotros.
No pasa nada, el grupo se muestra, para mi gusto y para el momento de la temporada en el que estamos, muy hecho. Conceptos que tardó en pillar milenios la temporada pasada están ya muy asimilados, y defensivamente estoy convencido de que no vamos a desentonar contra nadie. Además, el juego vertical y rápido de la primera jornada provocó que me olvidase de ese mediocentro organizador, que nunca vino; si el Recre es capaz de perpetuarse en ese estilo, ese perfil deja de ser tan necesario. Y es que (es mi opinión) se ha confeccionado un grupo en el que hay gente muy válida, tanto atrás (siempre aposté por Trapero), como arriba (Domínguez); sí, ya lo sé, frente al Antequera estuvo desaparecido en combate, pero hombre, un artista requiere que se reúnan ciertas condiciones. Iago Díaz, por ejemplo, es un futbolista más dependiente de sí mismo, y capaz de reactivarse solo; pero cuando los demás hagan lo que tienen que hacer, y a Antonio Domínguez le toquen las palmas…. Tiempo.