Carolina Marín, doctora del esfuerzo y el alma

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La Universidad de Huelva reconocerá este viernes a su mayor embajadora mundial con el título de Doctora Honoris Causa

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   No necesitaba más medallas. Tampoco más títulos. Pero este 23 de mayo, Carolina Marín sumará a su palmarés el reconocimiento más simbólico y profundo de su tierra: la Universidad de Huelva la investirá como Doctora Honoris Causa, convirtiéndose en la primera deportista en recibir esta distinción por parte de la institución académica. Y, quizás, en la primera que convierte una raqueta en una lección magistral de vida.

Porque lo de Carolina no va solo de oros. Va de heridas que no vencen, de lágrimas transformadas en energía, de romper techos en un deporte que parecía no tener espacio para una niña de Huelva. Hoy, esa niña es historia viva del deporte mundial. Y desde este viernes, también parte del claustro simbólico de la Universidad que la vio crecer.

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“¿Y por qué no Carolina?”

La pregunta la lanzó, casi al aire, el profesor Pedro Sáenz-López, del Centro de Investigación COIDESO, durante una conversación académica en octubre. Acababa de recibir el Premio Princesa de Asturias y la reflexión era inevitable: ¿Qué figura, si no ella, representa mejor los valores que una universidad desea transmitir?

Lo que comenzó como una idea informal, pronto se convirtió en una propuesta unánime, apoyada con entusiasmo por los equipos docentes de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, el Departamento de Didácticas Integradas y el propio COIDESO, con el respaldo firme de la rectora saliente, María Antonia Peña.

Una carrera que es lección

El expediente de Carolina Marín, más que deportivo, es humano. Campeona olímpica en Río 2016, tres veces campeona del mundo, siete veces campeona de Europa. Rompió la hegemonía asiática en el bádminton y se convirtió en la primera mujer no asiática en alcanzar semejante cúspide. Pero no se trata solo de títulos: se trata de cómo los consiguió.

El rigor de su proceso de entrenamiento, diseñado por su inseparable técnico Fernando Rivas, ha sido objeto de estudio en el ámbito académico, con un enfoque científico que ha revolucionado la forma de entender el alto rendimiento. Y, sobre todo, está su resiliencia, su fortaleza mental, su compromiso con la igualdad y su papel como espejo para miles de niñas que sueñan con volar sin red.

Una laudatio con alma y memoria

El discurso de investidura, que pronunciará el profesor Bartolomé Almagro, será un trabajo coral, inspirado en el libro Con la fuerza de Jordan, y elaborado a partir de entrevistas con el círculo íntimo y profesional de Carolina: su entrenador, su psicóloga, docentes que la vieron crecer, y expertos que hoy estudian su figura desde la ciencia del deporte.

Carolina es mucho más que una campeona. Es un símbolo femenino, un ejemplo de constancia, y una mujer que presume de Huelva allí donde va, señala Sáenz-López. “Con su incorporación al claustro, no solo se honra su historia, sino que se sitúa a la Universidad de Huelva en el corazón del mapa deportivo y académico mundial”.

Una ceremonia que une a Huelva en un mismo aplauso

El acto académico reunirá a autoridades universitarias, representantes del mundo del deporte, académicos, familiares y amigos, en un homenaje que trasciende lo protocolario para convertirse en una celebración de lo que Carolina representa: superación, humildad y orgullo onubense.

Este viernes, una raqueta se alzará por encima de los libros, y en el Aula Magna de la Universidad resonará un aplauso que no será por un punto de partido, sino por toda una vida entregada a dejar huella. Carolina Marín ya es leyenda. Ahora, también es doctora.