Pedro Morilla calca los números de Abel Gómez
El actual entrenador del Recreativo de Huelva comienza con los mismos puntos en Segunda Federación que el actual inquilino del banquillo del Antequera
«Y si, con el mercado abierto, nos faltó algo más de «Manny Manny
Pedro Morilla dialoga con Adrián Fernández en los instantes previos a un partido / Fran Barrera / SportsHuelva
La temporada no ha hecho más que arrancar y ya asoman las primeras dudas por los primeros traspiés del curso. El Recreativo de Huelva, con Pedro Morilla al mando, suma siete de doce puntos posibles en su regreso a Segunda Federación y se sitúa quinto en la tabla, en puestos de promoción de ascenso. Una fotografía que, curiosamente, calca la que firmó Abel Gómez hace tres temporadas, la última vez que el club compitió en el cuarto escalón del fútbol español. Entonces, siete puntos y quintos clasificados. Ahora, lo mismo.
En aquella ocasión, el conjunto onubense ganó los dos primeros partidos de liga, pero terminó cayéndose por su propio peso en las siguientes jornadas. Cuatro encuentros consecutivos sin ganar encendieron todas las alarmas y pusieron en entredicho la continuidad de Abel. Solo un gol de Adrià Arjona, de falta en el descuento frente al Polideportivo El Ejido en la séptima jornada, le salvó de la destitución y terminó marcando el punto de inflexión de una temporada que, pese a no poder seguir el ritmo asfixiante de un Antequera imparable, acabó en ascenso por la vía del play-off.
Tres años después, el escenario se repite. Pedro Morilla, que llegó en junio con la misión de aportar estabilidad después de una temporada convulsa en la que se sucedieron tres entrenadores distintos, arranca con idénticos números y con la misma sensación de inestabilidad. Siete de doce puntos y, lo más preocupante, un balance negativo en el Nuevo Colombino, lo que era un seguro de vida se está convirtiendo en un peso difícil de soportar.
Comparativa de una temporada a otra
La clasificación ofrece margen, sí: el Recre está en fase de promoción y a cinco puntos del liderato, en manos de un Extremadura que lo ha ganado todo. Pero hacia abajo la cosa cambia: solo tres puntos lo separan del play-out que ocupa el Estepona y cuatro del descenso que marca el Almería B. Esa delgada línea entre mirar hacia arriba o hacia abajo alimenta las dudas de una afición que no olvida lo que exige la categoría.
Por ello, el próximo domingo, ante el Lorca y en el segundo partido seguido en casa, llega la primera prueba de fuego. Ganar aliviaría la tensión y reforzaría el proyecto. Fallar podría abrir, demasiado pronto, un debate incómodo sobre la continuidad del técnico en el banquillo del Decano.
