La contra crónica de Tomás García. La opinión de nuestro colaborador y punto de vista del partido Antequera-Recre

 

 ¿Podía haber ganado el Recre en Antequera? Pues sí, y también haber perdido. Pero esa sensación de que todo dependía mucho más del otro, y de todo lo demás, que de nuestras propias acciones es lo que hace que el punto sea de oro pero también de cartón, porque no vale más que el perdón del Antequera. De hecho, sí existe alguien cuyas acciones tuvieron mucho que ver: Rubén Gálvez, y eso habla tan bien de él, como mal de un plan de partido cogido con pinzas, uno de esos en los que mejor que no pase nada porque, si pasa algo se vuelve en tu contra, y además será utilizado como excusa. Por favor, basta ya; no fue un mal encuentro: el Recre juega a esto y, mirando con perspectiva, ocupa un lugar de privilegio. Se suponía que teníamos que teníamos que salvar la categoría, y lo hemos hecho, así que la vida es maravillosa. Pero no más «vendidas de burra»; no «nos ha faltado tener más el balón»; nosotros NO queremos el balón, y cuando se lo dejas todo al otro, balón, campo, iniciativa, lo mejor que te puede pasar es que no pase nada. Antequera 1, Recre 1, dos puntos que se le escapan a los locales, uno que nos traemos a Huelva y, con esta última frase, de este encuentro está todo dicho.

 

Comentaba a un amigo que Abel Gómez tiene el poder de “engañarme”, y que lo ha hecho más de una vez. Ha jugado a otra cosa tres partidos y dos ratos, a partir de los cuales me llegó a hacer creer que, a partir de ahí, sería diferente. Y algo había cambiado, porque el equipo ganó empaque, y adquirió una personalidad que con la que consiguió muchos puntos, el respeto de los rivales, y la felicidad de su afición. Pero ha sido verse ahí arriba, y hacer desaparecer del mapa todo eso para volver a lo de antes.

 

 

No nos engañemos: no es que ahora no nos salgan las cosas, que va; es que ahora estamos jugando como hacíamos antes, como hemos hecho casi siempre, y cuando empleas todos los recursos disponibles en tu propia portería, es muy difícil llegar a la del rival. Bastante teníamos con tratar de aguantar a un equipo, el Antequera, que con sus virtudes y sus defectos, su plantilla cansada en marzo, sus jugadores que les han quitado en diciembre, y siendo también un recién ascendido de abril del año pasado, prefirió mirar a nuestra portería, antes que a la suya.

 

El problema de jugar a no jugar es que, si no ganas, no te queda nada. A nosotros nos queda el quinto puesto, y que nos dure mucho tiempo; y también se nos quedan, pero en el tintero, todas aquellas cosas que ves que otros equipos intentan para conseguir un gol, pero el tuyo no. O lo que es lo mismo: el mensaje de que, con esta plantilla, no se puede jugar a otra cosa. Pues no sé qué pensará Oscar Árías, porque a él si le metieron un gol, el día que le dijeron que este año íbamos a jugar a otra cosa. No es así, porque nuestro míster es lo que vemos en el verde, y jugando de ese modo es como él cree que va a conseguir más puntos. Ojalá se salga con la suya.

 

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