SUPERCOPA(S) DE ESPAÑA | TAN IGUALES, TAN DIFERENTES
Tan iguales pero a la vez tan diferentes. Un Torneo con connotaciones dispares respecto a la Supercopa Masculina
(Foto: RFEF)
Arranca la Supercopa Femenina de España. La primera semifinal la disputarán la Real Sociedad y nuestro querido Sporting de Huelva. La segunda de ellas estará protagonizada por Barça y Madrid, en el que será todo un clásico, al menos en el fútbol masculino.
Pues bien, no me he podido contener en expresar mi descontento con esta edición de la Supercopa. Y es que, viendo el revuelo creado con la Supercopa masculina disputada en Arabia Saudi hace apenas tres días, ahora llega el momento de la edición femenina, aunque esta tiene unos matices muy, pero que muy destacables.
Desde que llegó la nueva directiva con Luis Rubiales al frente de esta en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), se les llena la boca diciendo que el fútbol femenino debe/tiene, que tener la misma repercusión que el fútbol masculino, pero nada más lejos de la realidad. Eso si, el “mercadeo” si que es innegociable, al menos cuando se trata de llenar la caja. Recordemos que durante el verano y hasta la primera jornada de la rebautizadla Liga Finetwork (antes Primera Iberdrola), se fueron sucediendo episodios, el más reseñable el de la subida salarial de los emolumentos de las árbitras del fútbol femenino en España. Finalmente y tras ser suspendida la primera jornada, se llegó a un acuerdo entre el ente federativo y la sociedad de árbitras nacional. Otro de los episodios, y sucedido antes que el de las colegiadas, fue el nuevo patrocinador de la propia liga, pasando a llamarse Liga F (Finetwork).
Todo lo anterior contado, podría pasar a ser anecdótico pero lo que verdaderamente me llama la atención y me “mosquea”, es la diferencia tan abismal que hay entre las competiciones masculinas y femeninas; por ejemplo, la Supercopa. Hace pocos días pudimos ver el explendor mediático que supuso la disputa de la Supercopa de España masculina, que de nuevo se celebró lejos de nuestra nación; más concretamente, Arabia Saudí. Allí, Valencia, Betis, Madrid y Barça, jugaron un torneo con todo lujo de detalles y en un estadio de lo más futurista. El lujo estuvo presente en todo; desde la presentación de los equipos en cada encuentro hasta la final, que ahí ya fue para mi el “despiporre”. Juegos de luces, estadio abarrotado (incluso a parecer superando el aforo total con aficionados en las escaleras. Don Dinero se llama), lujo en los vestuarios con saunas, jacuzzis…, estandarte final para entregar la copa que montaron al final del partido entre Madrid y Barça y que tardaron al menos 20 minutos con más de 120 efectivos para ello. Y claro, la televisión, un contrato millonario que no podía faltar en este campeonato. Equipos españoles con aficionados españoles, y tenemos que pagar un dinero para poder ver a nuestros representantes o simplemente para disfrutar del deporte Rey, mientras que en EEUU todo aquel que quiso, pudo verlo de manera GRATUITA. Mira, en eso de la emisión, puede que hayan acertado. La Supercopa femenina podrá verse en abierto en la televisión de todos los españoles (como debe ser), RTVE (La1).
Con esto que os acabo de contar, (y que todo el mundo pudo ver), llegamos a la “otra” Supercopa. La del fútbol femenino, ese fútbol que tanto defiende nuestra querida RFEF, pues… ya se nota, sí. Vaya por delante mis máximos respetos al lugar elegido, estadio y comunidad pero, así no se engrandece un deporte Rey capitaneado por mujeres, mujeres que hacen igual que los hombres y que se ganan la vida con el mismo trabajo, el fútbol. El balón es el mismo, las reglas; lasmismas, el terreno de juego; el mismo y así todo lo que tiene que ver con el fútbol. La ciudad elegida para disputar el trofeo ha sido nuestra vecina Extremadura que por cercanía, al Sporting le viene de maravillas pero un torneo como este podría elegir un lugar con grandeza, estadios con capacidad y con todo lujo de detalles para estas guerreras que día a día luchan por sus sueños, y que mayor sueño que el de ganar eta Supercopa que por ejemplo, para nuestro, sería dar un gran paso en su idea de seguir creciendo como club pero eso sí, la humildad no se negocia y de eso saben mucho Manuela Romero y Antonio Toledo.
Con esto quiero decir que, si apoyamos el fútbol, lo apoyamos, da igual el sexo de cada cual, solo que tratemos como se quiere a unos y otros y que “algunos” no se llenen la boca con falacias y mentiras. Los actos y decisiones hacen dar credibilidad a las palabras.