PORTADA-EL-CRUJINAZO

Un análisis sin nostalgia sobre la gestión del consejo saliente del Recreativo de Huelva, marcado por decisiones desacertadas, falta de rumbo y una desconexión creciente con la afición

“Nos vamos a dejar la vida por este escudo, estoy seguro de que vamos a lograr la permanencia”


 

 

   El camino al infierno está lleno de buenas intenciones, es por ello que quiero presuponer que el consejo de administración que sale del Decano del fútbol español se ha visto sobrepasado en todo momento por las circunstancias y que no supieron calibrar la envergadura de la tarea que se traían entre manos.

 

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La gestión de los clubes deportivos es harto complicada, en el escenario en el que se encuentra el Recre, uno en el que se acortan los márgenes de maniobra, es obvio que esa dificultad aumenta. Del mismo modo que un crack no tiene que ser un magnífico entrenador, el hecho de haber pasado gran parte de tu vida en distintos puestos de relevancia, en diferentes clubes, no te convierte automáticamente en un hacha de los despachos y en un erudito de la gestión deportiva.

Para opinar con justicia acerca del paso del consejo encabezado por Jesús Vázquez al frente del Recreativo, creo que es necesario puntualizar algunas cosas para así aportar contexto. No me gusta tocar asuntos políticos en mis escritos, pero sin este breve inciso me resultaría muy complicado fundamentar mi opinión.

La persona más cercana al consejo saliente dentro del Ayuntamiento ha sido en todo momento el segundo teniente de alcalde, la persona encargada en el consistorio de Economía y Hacienda, Francisco Muñoz. Paco ha aunado una serie de características que le han hecho ser poseedor de un gran conocimiento de todo cuanto ha ocurrido dentro del Recreativo. Centrándonos sólo en la etapa inmediatamente anterior en el ayuntamiento capitalino, con una corporación de otro signo al frente de éste, Muñoz ya desempeñaba el cargo de secretario del consejo de administración del Decano. No es tampoco un tema baladí a la hora de contextualizar el hecho de que Paco Muñoz sea licenciado en derecho y que, por tanto, haya tenido siempre conocimiento de las posibles consecuencias a las que se podía enfrentar el club ante un desenlace desfavorable en alguno de sus múltiples frentes abierto en los juzgados.

La cercanía de Francisco Muñoz y su papel de nexo quedó patente en la foto de despedida que subió a sus redes la ya exconsejera delegada y subdirectora general, Begoña Calderón. En dicha imagen veíamos a los miembros del consejo saliente posando con Paco.

Centrándome en la figura de Jesús Vázquez, siempre me ha dado la sensación de que ha creído tener una especie de derecho adquirido por el cual debería estar en el club antes que cualquier otra persona. Lo ha sido todo en el Recre, ha desarrollado multitud de cometidos dentro de la entidad hasta convertirse en algo así como administrador un plenipotenciario que, más allá de ser un presidente con simples labores de representación, asumió en torno a su figura el cargo de presidente apoderado mancomunado. Antes de proseguir con mi opinión y para que quede claro que no me mueve ningún tipo de ojeriza, quiero dejar claro que sé por personas de mi entorno que Jesús es una persona educada y agradable en el trato; pero mis sensaciones y mi parecer van referidas exclusivamente a su faceta como máximo gestor del Decano, ahí he de decir que leitmotiv de su breve etapa ha sido el de “quien mucho abarca, poco aprieta”.

 

 

Uno de los mayores errores cometidos por Jesús al frente de “El Abuelo” ha sido la elección de su mano derecha y la fe ciega depositada en ella, me refiero a la anteriormente citada Begoña Calderón, una persona que tampoco creo que le ayudase mucho en la toma de determinadas estrategias. En Begoña no se daba ninguna de las dos condiciones que considero esenciales para el puesto que ostentaba, máxime si como me ha parecido en todo momento su opinión ha pesado bastante en el funcionamiento ordinario del club. He echado en falta una persona con mayor conocimiento en la gestión de clubes de fútbol, así como una mayor consciencia acerca de lo que es el Decano del fútbol español y su idiosincrasia.

Llegados a este punto, tengo que definir su gestión como un compendio de imágenes huecas, gestos cara a la galería, políticas vacías de contenido y una prepotencia que acabó por generar hastío y desasosiego en el mayor de los capitales que tiene el viejo Recre: su afición. Tenían toda la información al alcance de la mano dada la cercanía de Paco Muñoz, pero prefirieron asolar todo lo anterior –incluso lo que funcionaba- a pesar de que la revocación de la expropiación era una posibilidad real. Ninguna de las áreas y departamentos del club ha mejorado con su gestión, todo lo contrario, la palabra que mejor define el paso del consejo saliente es involución. Se ha menoscabado la identidad del club con despidos de profesionales muy válidos, gente que se ha llevado toda una vida “mamando Recre” en época de vacas famélicas.

En el aspecto deportivo creo que no hace falta ahondar, la situación la estamos sufriendo partido a partido. En lo meramente institucional basta con recordar episodios tan esperpénticos como la entrega en diferido de un galardón a Rafa Nadal (excursión a Baleares incluido), los books de fotos en el palco, el cambio de nombre a la gala WAM para crear un falso soporte documental de legado o la manera obscena en la que se han arrogado méritos ajenos tales como la mejora de la Ciudad Deportiva.

En definitiva y para concluir, no sabemos lo que nos deparará el futuro con la nueva propiedad, pero en lo que a mí respecta, referido al consejo ya extinguido, no crecerá la nostalgia.