Mis «verdades incontestables» del Recreativo de Huelva
Contracrónica de Tomás García del encuentro frente al Xerez
Alberto López: “Los errores se pagan y hoy nos ha costado caro”

Y digo, «mis verdades incontestables», porque sólo son las mías e, igual, no se parecen a las de otros. Así que con ellas no trato de ser objetivo, sino objetivamente subjetivo; fue Woody Allen quien dijo que la subjetividad es objetiva, y no será la última vez que le cite; Recreativo 1, Xerez Club Deportivo 2, un resultado perteneciente a un encuentro en el que, curiosamente, al entrenador que pierde le gusta más su equipo, de lo que le gusta el suyo al entrenador que gana. Lo avisé: es como cuando al director neoyorquino le llama la atención el hecho de que el viejo Gregor, siendo el padre, sea más joven que su propio hijo, el joven Gregor. Surrealismo nivel «ascenso directo».
- «Verdad incontestable» 1: Hemos hecho un mal partido. Baste decir que la primera parte fue un partida de ajedrez, en lo táctico, pero en la que siempre movían ellos primero. Al poco rato cambiaron a tres centrales para tener más salida de balón y quitarse un poco al Recre de encima; entonces nosotros dimos orden de presionar alto a Paolo y Domínguez, para compensar. Pero ellos volvían a línea de 4 y, cuando presionábamos su salida por banda, su número 4, Adri, se hacía dueño del cortijo. Nosotros siempre dependiendo de cualquier cosa que haga el rival, circunstancia que se viene repitiendo desde que comenzó la liga y que, si nos basamos en el binomio «causa-efecto», no tiene más consecuencia que nuestra propia incapacidad para ser continuos en nuestro juego, porque no existe nuestro juego.
- «Verdad incontestable» 2: Todo lo que se acerca a nuestra portería, va para dentro. La cosa esa de decir «han llegado dos veces y nos han marcado dos», se está volviendo algo manida; si cada vez que nos llegan nos pintan la cara, algo mal estamos haciendo. Lo digo para no echarle toda la culpa al fútbol, que el pobre tiene ahora la culpa de todo: «esto es fútbol», «el fútbol es así», «cosas del fútbol»…
- «Verdad incontestable 3»: Todo lo que juega, o se lesiona, o se cansa antes de tiempo, o ambas cosas. Y tengo que admitir que no sé por qué, pero sí sé que la cosa no va ya de ver si se rompe alguien, sino de ver cuándo se rompe. Eso, y lo otro; faltando quince minutos y con 1-1, los visitantes podían haberse quedado la balón para toda la vida y llevárselo a Xerez, porque los nuestros no iban a por él ni con la mirada. Algo que tiene que ver, faltando ese tiempo, con la MALDICIÓN de proteger en tu casa al menos el punto, pero también con que no podían más. Osea, ninguno podía más. Ni los cambios.

- «Verdad incontestable» 4: Todos los que juegan lo dan todo. Lo que pasa que no les luce por la propuesta futbolística; pero esta plantilla, a pesar de sus carencias, que las tiene, y de sus «lesiones» de todos los días, tiene más recorrido del que aparenta. De momento, sus esfuerzos están sirviendo para ser el comodín del míster en rueda de prensa: no importa lo que le preguntes, él «está muy contento con sus jugadores».
- «Verdad incontestable» 5: Nuestro míster está un poco solo. Que sus relaciones con los medios no atraviesan un buen momento, no hace falta decirlo y, sinceramente, cada vez que oigo a un futbolista hablar en la sala de prensa, tengo la sensación de que están pidiendo algo MÁS. Y también creo que los de arriba están un poco mosca con él. La obra de Woody Allen que citaba antes es «La última noche de Boris Grushenko”; yo no sé si será la última noche de Pedro Morilla pero, en aquella peli, al protagonista se le aparece un ángel de Dios que le dice que esté tranquilo porque, en el último instante, antes de la ejecución, será perdonado. Pero resulta que no lo es…


