Arzu aterrizó en Huelva el pasado jueves, día en el que se hizo oficial su fichaje por el Recre, seguido de una presentación casi inmediata. El sevillano ha tenido muy poco margen de trabajo antes de su debut liguero del domingo, y eso quedó reflejado en el terreno de juego. Con muchos conceptos nuevos que asimilar y apenas tiempo para trabajarlos, el equipo mostró destellos, pero también evidenció la complejidad de aplicar un plan de juego completamente renovado.
En la rueda de prensa posterior al choque, Arzu fue claro y crítico en tono constructivo, consciente de que queda una enorme tarea por delante. El técnico no sólo debe implantar su idea futbolística, sino también erradicar hábitos adquiridos durante la etapa anterior con Morilla, un proceso que requiere tiempo, paciencia y precisión.
Más allá de lo puramente táctico, hubo detalles que llamaron poderosamente la atención. Desde la inauguración del Nuevo Colombino en 2001, todos los entrenadores habían elegido el banquillo de Gol Norte para dirigir a sus equipos. Sin embargo, Arzu decidió romper con esa tradición y se situó en el banquillo contrario, el que históricamente ocupaba el conjunto visitante.
¿Superstición, manía o simple comodidad? No hay respuesta oficial, pero el gesto no pasó desapercibido.