LO QUE CAROLINA HA GANADO EN LA GIRA ASIÁTICA

0
CAROLINA

La onubense se trae de Indonesia una plata, y a sí misma

 Recuerdo, allá por 2017, el mundial de bádminton que se celebró en Glasgow, y cómo le fue a Carolina. Hasta ese momento, jamás la había visto tan rápida, ni siquiera en ese primer trimestre del año 2015 en el que «tuvo para todas», y en el que cambió el devenir de la disciplina para siempre. Pero, volviendo a Escocia, recuerdo que en los primeros partidos se desplazaba tan rápido que no se hablaba de otra cosa, y daba la sensación de que nadie le arrebataría su tercer mundial. Pero algo no estaba bien; obligada a reinventarse porque ella había obligado a hacer lo mismo a sus rivales, basó su preparación en los aspectos físicos y estratégico, pero en el camino se dejó una cosa que también se entrena, y que un año antes le había dado un oro olímpico…
El #puedoporquepiensoquepuedo forma parte de ella tanto como sus manos o su coraje, y sin su grito de guerra estaba desprotegida, porque no está completa. Sus primeras rivales estaban muy lejos de hacerle daño, pero cuando cruzó en cuartos con Nozomi, fue cuando Carolina se dio cuenta de que le faltaba algo. La japonesa, a día de hoy en horas bajas, era capaz entonces de colarse por el agujero de un alfiler si con eso ganaba un punto, y cuando se percató de que Carolina sólo estaba poniendo buena cara al mal tiempo, apretó para terminar de bloquearla en la pista. Es como si  la onubense dispusiera de su cuerpo pero no su alma, y ni la mejor estrategia, ni las piernas más rápidas, pueden suplir esa confianza en sí misma con la que tiempo atrás había hecho temblar el continente asiático.
Y esa fe en sus posibilidades es lo que Caro estaba echando de menos en la gira asiática que acaba de terminar y, a su paso por Malasia, Tailandia y Singapur, no estaba teniendo buenas sensaciones  porque no era capaz de tener continuidad en su juego, ni por tanto de imponer el plan que traía preparado. Necesitaba que pasease «algo» que la activase, y que le hiciese recordar que ya ha vuelto, porque volvió el día que venció a Yamaguchi el pasado año. Y, al fin, ese algo sucedió en Indonesia, el último y más prestigioso de los torneos de este tour, y en el que frente a Yeo Jia Min desaprovechó ocho bolas de set para imponerse en la novena. Eso, le hizo darse cuenta de que puede porque piensa que puede, cerrar el puño, mirar al horizonte ,y esperar a Tai Tzu Ying, ya de otra manera.
Al día siguiente barrió de la pista a mejor jugadora del mundo de los últimos años, y al siguiente a Intanon; en la final se vio la diferencia que aún existe entre el nivel de Chen Yufei y el suyo, pero su cuerpo y su mente estuvieron en el partido hasta el final, y disputándole el título a la china, a quien se le notó al final que, a pesar del 2-0, había temido por el resultado.
Tal vez, Carolina no ha vuelto como ella  hubiese querido, ganando en Indonesia y dando un golpe en la mesa, pero ha dado un salto cualitativo en su juego y lo ha hecho gracias a esa seguridad en sí misma con la que ha terminado la gira, y que no tenía al empezar. Lo demás llegará cuando tenga que llegar; no olvidemos que Caro tiene la virtud de saber llegar en su mejor momento, al lugar que más le interesa, y este año ese lugar es Dinamarca, donde tendrá lugar la cita mundialista a partir del 20 de agosto. Antes, Corea, Japón…; a donde haya que ir, para recuperar las piernas más rápidas del mundo, que también necesita para ganar el Mundial, y para volver a ese estado de gracia de cuerpo y alma, que consiguió alcanzar antes de la segunda lesión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *