La situación institucional del Recreativo de Huelva resuena en la final del Concurso del Carnaval Colombino: «Ni se compra, ni se vende…»

El coro ‘¡Ojú! ¡Qué lío!, vencedor del Concurso del Carnaval Colombino de Huelva por segundo certamen consecutivo, introdujo en su repertorio una crítica a la incertidumbre que rodea al Decano.
Fragmento de la actuación, recogido de la emisión en directo por HuelvaTV, compartido en nuestro canal de YouTube.
El Concurso del Carnaval Colombino de Huelva echó el telón este jueves 27 de febrero a una nueva edición sobre las tablas del Gran Teatro. Este evento, parte de la programación cultural organizada por el Ayuntamiento de Huelva, ha sido una vez más el instrumento de una parte de un pueblo que se alza ante la defensa de la idiosincrasia de su ciudad en una clara declaración de principios. En el contexto de transición institucional del Recreativo de Huelva, cuyo proceso de venta se formalizará el 26 de marzo, la final del concurso de agrupaciones ha servido como altavoz, dejando claro que el Decano no es solo un equipo de fútbol, sino parte de la identidad de una ciudad que no quiere que su historia vuelva a ser manchada.
El coro ¡Ojú! ¡Qué lío!, que se coronó campeón del certamen por segundo año consecutivo, ha convertido su tango en un manifiesto recreativista. Con la autoría de Rafael Adamuz, periodista y presentador de La Jugada de Huelva en Canal Sur Radio, la agrupación ha firmado una defensa de los valores y sentimientos albiazules en pleno desenlace del culebrón del proceso de venta. “Esto no es un club ni un equipo de fútbol más”, entonó el coro, reflejando los temores y la resistencia de una afición que sigue en pie, pese a los constantes sobresaltos que rodean a la entidad.
Con el acuerdo cerrado entre el nuevo grupo inversor y Gildoy España, la estabilidad parece más cerca, pero la memoria de la afición, que no olvida el calvario provocado por una gestión negligente, sigue viva. Esta letra llega como un recordatorio oportuno, una advertencia clara a los compradores que se harán cargo del club a finales del mes de marzo, por si alguien no les explicó muy bien dónde están: “Lávate las manos y fírmalo con tu propia sangre”, exigiendo compromiso y responsabilidad para enterrar de una vez las crisis económicas, las promesas incumplidas y el temor de coquetear con el abismo. “Aquí ya sabemos de trampas y de deudas”, atizaron.
La agrupación también reivindicó al Recreativo como un símbolo de la ciudad, un patrimonio de los onubenses que no debe ser tratado como una simple mercancía. “No se negocia, ni se compra ni se vende”, clamaron, con la rabia de quienes han visto peligrar lo que más aman y se resisten a caer de nuevo en manos de gestores indolentes que no comprendan la esencia del club.
Durante su actuación, los componentes del coro ¡Ojú! ¡Qué lío!, los cuales representan distintas emociones, añadieron un componente adicional a su vestimenta: una bufanda del Recreativo de Huelva, lucida al cuello, pegada en la piel y alzada al cielo al final del tango, como gesto de orgullo y pertenencia. “¡Recreativo, oé!”, corearon al unísono, en comunión con el público del Gran Teatro, tras la actuación.
La bufanda pegada a la piel, el club como un patrimonio innegociable, el rechazo a la mercantilización del sentimiento… Todo encaja en una letra que advierte a navegantes: en Huelva, el Recreativo es, como ha sido siempre, «un patrimonio del onubense y de nadie más».