La que se avecina: un equipo sin olfato, una rueda de prensa muda, y un entrenador sordo

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Entre Montepinar y el Colombino, el Recre sigue viviendo su propia sitcom: gana en el marcador, pero pierde el pulso con su afición. La Contra-crónica de Tomás García

David Gil da un paso al frente y abre el debate en la portería – Sportshuelva.com


Fotos: Iván Vargas para Sportshuelva.com

 

   Me fastidia ocupar este espacio de opinión, que normalmente lleno de flechas y comentarios sobre táctica o estrategia, con ciertos temas. Pero es difícil pasar de puntillas por algunas cosas que están pasando en el Recre, y que lo acercan peligrosamente a Concubernio 49, el edificio en el que viven los protas de la popular serie televisiva. Eso sí, quienes allí habitan son artistas de la comunicación, con un don natural para hacernos reír; quien aparece en escena en la sala de prensa del Recre no nos saca una sonrisa ni ganando los partidos, como esta semana es el caso: Recreativo 1, Atlético Malagueño 0, una victoria importante si miramos la clasificación, y una nueva tragedia si escuchamos a la grada porque esto, de comedia, esto no tiene nada.

 

Y ya que también está en las afueras de la ciudad, en el  Mirador de Montepinar del Colombino la trama siempre es la misma, y todas las semanas se repiten los argumentos: tras un inicio de partido en el que el Recre va con todo a por el otro, cuando se pone por delante es cuando el capítulo se pone de lo más aburrido.  Yo sigo pensando que esta plantilla da para tratar de cerrar un partido contra el último de la categoría, que se le pone de cara en el primer minuto; es cierto que Caye falla el penalti y que tenemos varias buenas ocasiones, pero eso no empaña mi idea de que, llegar al final de la manera que llegamos, es producto de nuestra propia inacción. El equipo “invierte” menos en atacar después de marcar el primero porque nuestro entrenador piensa que, echando el equipo atrás, tiene los puntos más cerca que si va a por el segundo. Pero estamos hablando de un equipo que  va último y, con respeto y sin entrar en detalles, todos vimos por qué.

 

Si lo más importante en el fútbol es conseguir los tres puntos, ¿cómo jugará este equipo para, ganando, escuchar en la grada «Pedro vete ya» a toda orquesta? Pues muy fácil: en la cuarta categoría del fútbol español, sin haber ningún súper equipo que marque diferencias y llamándote Recre, deberíamos ser la “gamba blanca de Huelva” del grupo; pero, viendo como jugamos a fútbol, no pasamos de ser Mariscos Recio.

 

Y luego está lo otro. Ahora, las ruedas de prensa parecen más que nunca una reunión de vecinos de la serie más famosa de la televisión: con dos intervenciones por medio y diez minutos, son más entretenidas que nunca porque la expectación está en las preguntas, y no en las respuestas, que por cierto todos conocemos antes de oírlas. Divertidas para quienes las escuchan porque los periodistas “juegan al poker” entre ellos antes de “mostrar sus cartas”; pero muy sufridas para ellos, porque en realidad se les ha limitado y eso no es propio del club decano de nuestro fútbol. No existe la menor justificación para perjudicar el trabajo de los profesionales, ni en tiempo ni en forma, porque ni  las ruedas de prensa eran demasiado largas, ni en ellas se le pedía al míster nada que que no se le pida a cualquiera, y en cualquier equipo. Pero es que éste, no es cualquier equipo: el cargo de entrenador del Recreativo lleva consigo lo bueno, pero también dar la cara, y decir que no has oído los gritos de “Pedro vete ya” es directamente reírse de todo el mundo. Y aquí no se trata de ser el mejor comunicador, sino de ser el mejor entrenador posible: porque yo podría hasta olvidar que el hombre no tiene el sentido de la diplomacia del bueno de Enrique Pastor, concejal de juventud y tiempo libre; pero es que con el Recreativo de Huelva y jugando contra cualquiera, al final de cada partido se mete siempre en más líos que Javier Maroto.