La enfermería del Recre se desborda: el KO de David Gil reaviva la inquietud sobre el estado físico de la plantilla
La baja del guardameta, unido al regreso de Jero Lario, dispara la preocupación por el aumento constante de lesiones en el Decano
La presencia de Marcelo Fígoli en el Nuevo Colombino marca una jornada caótica bajo la Borrasca Claudia

La última hora en el Recreativo de Huelva volvió a dejar un nuevo sobresalto en la enfermería. La baja de David Gil, quien ni siquiera entró en la convocatoria por lesión, desató la inquietud. La exclusiva, adelantada por nuestro compañero Deivid Quintero a través de X, se confirmó pocas horas después al verse al guardameta sobre el césped del Nuevo Colombino ayudado por muletas, una imagen inesperada que reactivó un debate que ya venía creciendo desde la pretemporada.
Con el guardameta palmerino fuera de combate, la portería volvía a quedar en manos de Jero Lario, quien regresaba a la titularidad recién salido de su propio contratiempo físico. Aunque el encuentro fue finalmente suspendido por los daños estructurales en el Nuevo Colombino provocados por el fuerte temporal que azotó a Huelva en los últimos días, la situación evidenció igualmente una rotación involuntaria en la portería que vuelve a poner de manifiesto un escenario cada vez más preocupante para el Recreativo.

Una lista de bajas que no para de aumentar
El caso de los guardametas es solo la punta del iceberg. Durante el transcurso de la temporada, el cuerpo técnico ha tenido que lidiar con ausencias sensibles como las de Álex Carrasco, Leo Mascaró, Caye Quintana o Roni, entre otros, todos ellos afectados por diferentes problemas físicos que han mermado notablemente la capacidad competitiva del equipo.
La situación es tan delicada que Pedro Morilla ha tenido que recomponer la alineación jornada tras jornada, sin posibilidad de repetir once ni consolidar automatismos. La falta de continuidad y la acumulación de minutos en algunos futbolistas dibujan un panorama cada vez más complejo. Todo apunta a un posible déficit de preparación física respecto a la pretemporada, cuando el equipo destacaba por intensidad y energía. Con la competición oficial en marcha, el conjunto parece llegar justo de fuerzas, alimentando el debate sobre el verdadero estado del plantel.

Un problema con condicionantes
Mientras tanto, el trabajo de Morilla se complica. La enorme cantidad de bajas le ha impedido consolidar un plan estable y ha provocado que, más que elegir, el técnico se dedique a encajar piezas y buscar soluciones de emergencia cada fin de semana. Una dinámica insostenible a medio plazo para un equipo que aspira a cotas altas y que necesita continuidad para mantener cierta regularidad.
La lesión de David Gil ha sido el último escollo. El Recreativo necesita poner freno a una tendencia que empieza a comprometer tanto el rendimiento físico como el deportivo del vestuario. El club guarda silencio a la espera de las pruebas médicas, pero la situación requiere algo más que prudencia: exige un diagnóstico claro, explicaciones y, sobre todo, medidas inmediatas para evitar que la enfermería siga siendo el talón de Aquiles de la temporada.

