LA CONTRACRÓNICA DE TOMÁS GARCÍA | «+3»

0

A pesar de la lluvia, salió el sol para el Recre

Imagen

 

  Y, a pesar de la lluvia, salió el sol para el Recre. Un remojón inesperado no está tan mal, si te vas del estadio con los tres puntos; entrábamos necesitando una victoria, y salíamos ansiando una ducha, un final feliz para una tarde en la que no habría valido nada, que no fuera ganar. No era fácil para el grupo afrontar un partido que se jugaba al borde de tantos precipicios: el de la clasificación, el de la confianza y, sobre todo, el de la paciencia: no creo que estuviese en juego la “cabeza” de Abel Gómez, pero sí escuchó a su espada de Damocles en forma de silbidos, antes de que el balón comenzase a rodar. Aún así, el Recreativo supo manejar el encuentro mejor que su rival, a quien desactivó porque leyó mejor que él cada fase del mismo, y a quien venció porque tuvo más acierto. Recreativo 1, San Fernando 0, un duelo que no permanecerá en nuestro recuerdo demasiado tiempo, pero que sí nos deja para siempre, lo que buscábamos: +3.

 

 

Lo cierto es que vimos un partido muy “Abel”, y por partida doble; mientras que nosotros pudimos disfrutar de la versión de este Recre, cuando las cosas salen bien, vi en el conjunto isleño un reflejo de nosotros mismos, cuando las cosas salen mal. De inicio, el ritmo del juego no era muy allá, algo que no parecía disgustar a ninguno de los dos, y que hacía caer los minutos como losas. Pero, mientras que ellos parecían sentirse muy a gusto viendo pasar el tiempo, nosotros buscábamos posesiones más largas con las que generar peligro, y el balón estaba siempre más cerca de Diego Fuoli que de Rubén Gálvez. En una de estas, pasaba lo que era más probable que pasara, y Del Pozo acertaba con la meta rival, pero sólo llevábamos veintidós minutos; ¿y ahora, qué?

 

El Recre no quiso echarse atrás y, sin perder el orden, se dispuso a aprovechar los espacios que esperaba encontrar; espacios que no aparecieron porque, aunque el San Fernando tuvo la pelota los minutos siguientes al gol, decidía tomárselo con calma, aun estando por debajo en el marcador. Pues eso, uno de esos partidos sin sangre en los que, ni el que va ganando se mata por cerrarlo, ni el que va perdiendo se arriesga a que se lo cierren del todo. Todo muy familiar.

 

Con el descanso llegaba también la lluvia al Nuevo Colombino, pero no así la tormenta, porque el decano acabaría ganando la contienda. A lo largo del segundo tiempo, el conjunto azulino apenas inquietó al meta onubense, y sólo en los últimos minutos logró cercarlo, pero sin un sólo remate claro a portería. De hecho, creo que el segundo nuestro estuvo siempre más cerca que el primero de ellos, porque Josiel y Del Pozo tuvieron siempre el partido encauzado en la dirección correcta, y ganaron la partida en la pizarra. Incluso la disposición de los equipos era similar, con un Dani Molina que no se mete entre los centrales, como hacía aquí en su última etapa, sino que es el pivote que alarga el campo; una posición que beneficia a su equipo porque pone su calidad al servicio de su vocación ofensiva, pero que ayer no fue suficiente porque se jugó a lo que quiso David Del Pozo: ahora contemporizo, ahora la suelto rápido, ahora ensancho el campo, ahora lo estrecho y ya no puedes pasar… un espectáculo.  

 

 

Y el resto de claves del encuentro tuvieron que ver con pequeñas grandes victorias; la de nuestros centrales sobre Marcelo, la de nuestros laterales sobre extremos de muchísimo nivel, y la de todos sobre alguien como Dani Aquino; y es que, creo que si nos quedamos todos esperando algo más del San Fernando, también fue porque el Recreativo hizo las cosas bien en defensa, y supo nublar los sentidos a gente que siempre lleva el peligro consigo; el particular, Bibiany no le dio la tarde a Sergio Díez, sino al revés, y el francés fue anulado por el futbolista cedido por el Atlético de Madrid, a quien empecé gritando “bien, Sergio!”, pero a quien acabé diciendo “bien, Don Sergio”. Vaya partido del muchacho.

 

No hay mucho más; la expresión “no dejar indiferente a nadie” no la inventaron para lo que pasó el sábado, sino más bien lo contrario; un partido que sigue dejando la puerta abierta a lo desconocido para el siguiente, pero que el Recre ganó de forma merecida y correcta. Y sería un error de bulto creer que era fácil; no lo era, porque en la plantilla azulina hay gente muy importante, y porque colectivamente venían en una dinámica muy positiva. Y esa, después de todo, es nuestra ventaja; si ni nosotros lo sabemos, qué diablos sabrá el Atlético de Madrid qué Recre se va a encontrar. Cuando esperas algo “más”, te sale con lo de siempre, y cuando esperas lo de siempre, gana en Madrid o lo borda contra el Málaga. Este Recre nos tiene a todos locos y peleándonos entre nosotros; que sirva también para desconcierto del rival.  

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *