La Contra-crónica de Tomás García | «La misma película de siempre»

El Atlético de Madrid salió oscarizado del Colombino
(Foto: RC Recretivo de Huelva)
Comentaba yo la semana pasada que, en mi opinión, Abel Gómez no tiene la culpa de que le falten actores para salir a escena, o de que aquellos que se han sumado al elenco, por el momento, no tengan nada de estrellas. En esta noche de cine en la que escribo estas líneas debo decir, sin embargo, que el director es el máximo responsable de todo lo que vemos y, del mismo modo que otras veces se ha llevado el Oscar a la mejor Dirección, esta vez sólo ha conseguido el de Mejor guion adaptado: el suyo, ese en el que mira a campo contrario con recelo, y en el que no renuncia a la victoria pero en el que no expone, porque invierte más en mantener la portería a cero, que en buscar el gol. Un guion que puso una alfombra roja al ritmo de juego “lento” que necesitaban los visitantes, y que acabó en noche de celebración para ellos: Recre 1, Atlético de Madrid B, 1; una película que ya hemos visto muchas veces, y que no se lleva ningún premio, más allá del punto que vuela a Madrid. Y merecido, porque eran ellos quienes no tenían que arriesgar, y quienes venían a hacer “su partido”. Nosotros no, hombre…
Bajo mi punto de vista, existe una notable diferencia entre un plan de partido que sale mal y otro que, pudiendo salir bien, si falla, revela las carencias del propio plan. En el primer caso, todas esas cosas que van pasando dentro del propio devenir del encuentro, unas veces te ayudan, y otras te perjudican; en el segundo, no existe la menor solidez para afrontar “lo inesperado” porque, para que salga bien, el plan necesita que todo resulte perfecto, y que a nosotros nos salga todo, y a ellos nada (dónde habré oído yo esto…). Al primer contratiempo nos quedamos sin respuestas, algo que aún me molesta menos que las que se dan en una rueda prensa en la que parece que los demás no hemos visto el partido, y en la que todas esas cosas con las que “no hemos podido” se utilizan como excusa para tapar el verdadero origen del fracaso, y que no es otro que el propio plan: los primeros cuarenta y cinco minutos son ofensivos para la vista pero, no sólo por lo bien plantado que están los rojiblancos, sino también porque nosotros estamos especulando con el balón y con los minutos, esperando que “esas cosas que pasan” nos ayuden, en puesto de ir a buscarlas.
Una vez más, quien “te cuenta la película como es” y, al no tener que defenderse, es quien gana; así que, con respeto, también le doy a nuestro míster el Oscar a mejor actor. No me hable usted de lo bien que lo hizo el rival; hágalo de lo fácil que se lo pusimos nosotros. Es verdad que la plantilla está justa de fuerzas y de efectivos, pero eso no me va a convencer de que tenga que renunciar, como aficionado del Recreativo y, después de haber llegado hasta aquí, a algo mejor. Y, me sorprende, que amigos míos que estaban indignados con el que fue primer objetivo de la temporada, la permanencia, porque no “casaba” con la idiosincrasia del club (ni recién ascendido ni leches), ahora se han vuelto conformistas porque vamos quintos y se “comen” cada partidito como éste, mejor que el bocadillo del descanso.
Porque son mis amigos eh, que si no les daba el Oscar al mejor corto de humor.
Algeciras 2, Recreativo 3; eso sí que fue un Oscar a la mejor película. Ojalá esta “nueva necesidad” de aguantar ahí no haya generado una presión que no teníamos, y nos haga defender los resultados como cuando teníamos “miedo”. Venga va, que nos iba muy bien jugando de esa otra manera, y no podemos despreciar ahora esa personalidad que tanto esfuerzo nos costó alcanzar. Y, hablando de “costar”, y de Oscar: no puedo reprocharle a Arias el papel tan secundario de Bustos porque yo mismo, que le he visto jugar mil veces, celebré por todo lo alto su llegada. Pero no puedo darle el Óscar a Mejor Diseño de Producción porque las carencias que tiene la plantilla, más allá de las decisiones propias que corresponden al entrenador, son innegables y más que evidentes. Lo de Iturraspe jugando de delantero es de Oscar a Mejor corto de animación, y de eso ninguna culpa tiene Abel.