(Foto: @SanRoqueLepe)

El San Roque de Lepe despierta del sueño de la Copa y centrará todos sus esfuerzos en conseguir la permanencia en 2ª RFEF.

 

 

Bien sabido es por todos que en Lepe se ha vivido una semana muy intensa por la llegada de la Copa de Su Majestad al pueblo, un hecho que ha bañado de ilusión a todos los leperos y aficionados del equipo San Roquista. Sin embargo, ha sido el Mirandés el que ha diluido todos estos sentimientos y ha devuelto al conjunto aurinegro a la realidad. Parece ser que los de Miranda de Ebro son especialistas en dar alegrías, futbolísticamente hablando, a todos los onubenses –nótese la ironía-. Y con toda esta resaca emocional, el equipo lepero vuelve a la rutina para seguir afianzando más esa racha momentánea de 4 partidos sin conocer la derrota, que podría ampliarse a 5 en caso de puntuar el próximo domingo ante el Panadería Pulido, 17º en la tabla. En caso de ganar, el conjunto San Roquista podría quedar a 4 puntos de los puestos de play-off de ascenso. Cabe destacar que no es para nada mala la imagen defensiva que está dando el San Roque esta temporada: 4 goles en contra en 13 partidos.

 


Alguna cavidad en nuestro corazón, por muy profunda que sea, no puede evitar alegrarse de los éxitos de los equipos de nuestra provincia. No puede ser menos. El fútbol se rige por colores, evidentemente la rivalidad va a existir siempre, eso es lo bonito. Y a pesar de los miles de enfrentamientos verbales que se producen entre aficiones en pretemporada, no podemos negar que muchos deseamos volver a vivir ese derbi onubense en partido oficial: Recreativo-San Roque o viceversa. Por ello, como bien alto cantaba el Frente Aurinegro en el recibimiento a su equipo previo al partido copero, “San Roque de mi alma, no quiero verte llorar”, pues sí, que no llore -aunque tengamos que cambiar el final de “volveremos a segunda”, quizá por “nos quedaremos en segunda”, ganaría más coherencia-. Porque aquí, un servidor está deseando que hable el fútbol y que sanroquistas y recreativistas vuelvan a pelear en el verde. Mientras tanto, a trabajar. Porque no hay atajo sin trabajo.

 

 

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