EL RECRE, ESTA TEMPORADA, PIZZA SIN PIÑA

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Lo recorrido y lo que queda por recorrer en el Recreativo, según la opinión de Tomás García

(Foto: Sportshuelva.com / Fran Vázquez)

Este año, la pizza, que no es otra cosa que el Recre, viene sin piña, que no es el buen juego ni el malo, sino el debate sobre el mismo. La pasada campaña, el modo de ganar los partidos del equipo que casi siempre fue primero y destacado, ocupaba tertulias enteras, y acaparaba más tiempo que cualquier otra cuestión, en los espacios que los medios dedicaban al Recreativo. Por motivos que no alcanzo a comprender, y que seguramente no desearía hacerlo, la piña de la discordia ha desaparecido de la pizza, y ahora siempre está rica porque todo es un gran partido, y porque marchar a diez puntos del primero es ideal; “ya le cogeremos”. Y no es que yo me muestre en desacuerdo, pero este año el “cómo” no es relevante, porque “estamos en cuarta división”; espera, que el anterior estábamos en La Premier. Pues eso, me he debido perder algún capítulo entre las temporadas 1 y 2 de esta serie. Con lo bonito que es hablar de fútbol, y de series.

 

 

O de cine, porque hablar del Recre de Abel Gómez es como cuando te preguntan si te gusta el cine de Almodovar, que parece que hay que contestar sí o no, a todo en bloque. Pues mire usted, hay pelis de Almodovar que me gustan, y pelis que no, como buenos partidos del Recre, y otros que no tanto. Todas las pizzas no salen todas iguales, sobre todo cuando desde el principio andas con ingredientes nuevos. El míster se encuadra en la moderna ola de entrenadores que lo abarcan todo, y que no contemplan una sola situación que no se trabaje; ya no existen el blanco o negro, el vilardismo y el menottismo han pasado a mejor vida y el trabajo tanto con balón como sin él se reparten el sabor, y la gloria. Abel Gómez pretendió, desde cero, “llevarlo todo hacia adelante” sin centrarse demasiado en ningún aspecto; y no especializar al Recre en algo pero trabajarlo sin dejarse nada se tradujo, durante las primeras jornadas, en que partidos del mes de octubre parecían más propios de trofeos veraniegos. Pero se estaba trabajando con intensidad y por eso los futbolistas estaban y están con él, y creen en el proyecto; y soportando, además, la presión de los recreativistas que quieren la pizza en casa a los cinco minutos de llamar, pero amigo, eso aquí va en el lote. A mí me chirriaba un poco que se tratasen de normalizar aquellos primeros partidos de Dios como cuando pides tres extras de queso pero viene como siempre; si no pasa nada si no los trae, pero no me venda un extra de queso como si fueran tres, un poquito de por favor.

 

De todos modos, a alguien que sabe mucho más que tú hay que dirigirse con el “creo” por delante, y yo creo que es un buen entrenador y que nos puede llevar a Primera RFEF; estoy seguro, de hecho. Ahora, cuando pides pizza sí sabes lo que te van a traer: un equipo que se siente a gusto siendo dominador, pero con mucho trabajo detrás para esos momentos en los que no lo es, y que juega igual frente al tercero que frente al último (que, por cierto, hemos pasado de recriminarle que se adaptaba mucho al rival, a quejarnos de que siempre hace lo mismo). A mí no me gusta dejar enfriar mucho la pizza, porque corres el riesgo de, al final, comértela fría (Sevilla B); y eso es lo que menos me gusta (a otros puede que les encante) de este Recre, ese ritmo tan cansino que parece detener el tiempo, y que consigue que me aburra un 4-0 en el Colombino y me divierta un 0-1 en el Pitín. Con setenta u ochenta minutos por delante, me parece “ramploncete” (no encontraba el término adecuado, se lo pillo a mi amigo Pablo) buscar el segundo al mismo ritmo que te comes la última porción, sólo por no dejarla en el plato; contemporizar con tanto tiempo podría llevarnos a pensar que el miedo a perder pesa más que lo que pones en la balanza para ir a por el segundo, pero venga, va, que una vez a la semana no engorda, hombre.

 

 

Tiene mucho mérito que te contraten para hacer vender pizzas de hasta veinte ingredientes, cuando en realidad sólo tienes 12 o 13; esto también hay que tenerlo en cuenta, y por eso no me despido con un pedido sino con una petición, para Dani Alejo, porque hay un ingrediente que nos gusta a todos: dale la vuelta al jamón, muchacho, y trae un 9 que Arjona, Iago, Mateo y compañía son cinco jotas, pero falta la parte esa de la pata, ya sabes cual te digo, esa más “curaita”, que “le pone la guinda, a la pizza”.

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