El cambio de entrenador no surte efecto en el Rociana (0-2)
José Antonio Arias no consigue cambiar el rumbo del equipo rocianero, en un partido empañado por un partido polémico.
El cambio de entrenador, por el momento, no ha tenido el cambio deseado. En el segundo partido con José Antonio Arias como entrenador, el equipo volvió a caer, esta vez ante el Castilleja, y acumula tres derrotas consecutivas que lo alejan de la permanencia, ahora a siete puntos de distancia. El equipo necesita una reacción inmediata, sumando victorias consecutivas, si quiere mantener vivas sus opciones de seguir en la categoría andaluza.
El encuentro comenzó con un Rociana que dominó la posesión en la primera mitad, mostrando intención de llevar la iniciativa. A los 10 minutos, Belchi desbordó por la banda, asistió a Juan Carlos Acosta, y este, con todo a favor, vio cómo un defensa sacaba su disparo bajo palos, frustrando el gol. Sin embargo, un error defensivo apenas siete minutos después permitió a Adri Osuna quedar mano a mano ante Manu Díaz y adelantar al Castilleja, 0-1.
El gol fue un golpe anímico para los rocianeros, mientras el Castilleja aprovechaba para ralentizar el juego y desquiciar al rival. A pesar de ello, antes del descanso, el Rociana tuvo el empate en sus botas con una doble oportunidad. Un saque de banda de David al área fue peinado por Schuster y rematado por Antonio Vega en el área pequeña, pero el portero rival realizó una parada espectacular para mantener la ventaja.
En la segunda mitad, el Rociana siguió insistiendo, pero a los 53 minutos se complicó aún más el panorama con la expulsión de Belchi, quien vio la segunda amarilla por una acción innecesaria. Con un jugador menos, la situación se tornó crítica y, para colmo, a los 71 minutos llegó la jugada más polémica del partido. En un balón dividido, el portero Manu Díaz logró hacerse con la pelota, pero el delantero rival se dejó caer, lo que el árbitro interpretó como penalti. Las imágenes posteriores evidencian el piscinazo, pero Manuel Parrales no desaprovechó el regalo y anotó el 0-2.
Con ese segundo gol, el Rociana perdió cualquier atisbo de reacción. Aunque el equipo lo intentó con más voluntad que claridad, el Castilleja pudo incluso aumentar la diferencia, pero Manu Díaz salvó un mano a mano, y otro disparo terminó estrellándose en el larguero.
El cambio de entrenador no ha tenido, hasta ahora, el impacto esperado, y el Rociana sigue hundido en la zona de descenso, con la necesidad urgente de encontrar soluciones para enderezar el rumbo.