Carolina Marín, a por la hora de la verdad
La onubense pasa de ronda y espera ya a las mejores
Carolina acaba de derrotar a Rachael Darragh en dos mangas, 21-5 y 21-5, y pasa de ronda en estos Juegos Olímpicos de París; a partir de ahora, los partidos serán a vida o muerte. La verdad es que todo ha transcurrido como esperábamos: de un modo tranquilo, porque la diferencia entre la española y la irlandesa es demasiado grande. Creo el encuentro era un regalo para Rachael, y un trámite para Caro, a quien hemos visto muy calmada en la pista, y «escondiendo» sus hambre y sus armas para el siguiente envite.
Ya desde el inicio ha podido dejarse ver qué tipo de partido íbamos a ver y, aunque su rival ha tratado de proponer un juego que pusiera en algún apuro a la onubense, lo cierto es que no ha encontrado nunca ese agujero por el que colarse. Sólo estando acertada en las devoluciones, Caro ha ido sumando los puntos. Hemos visto algunos buenos remates, pero a Rachael se le han estado quedando cortos los volantes desde el inicio, y eso le ha ido poniendo las cosas aún más fáciles a la nuestra, que sin hacer ruido (ni su gritito hemos oído) se ha hecho con la primera manga.
La segunda ha sido una repetición. Su oponente ha variado algo su plan y ha tratado de ser más agresiva, pero casi no se ha notado y, casi sin darnos cuenta, todo ha terminado. Stadelmann me infundía algo de más temor porque a Caro le había costado ganarle en anteriores ocasiones; si analizamos un poco, vemos que en ninguno de esos momentos Carolina estaba «bien»; pero lejos de sacar una conclusión tan «partidista», prefería pensar que la suiza sí tenía recursos para competir más contra Carolina.
En cualquier caso, ha pasado lo que tenía que pasar (si pensamos en una Carolina que aspira a todo), y ya estamos en la «muerte súbita» del torneo. Ojo, que viene Beiwen Zhang; ¿hacemos mini previa? La hacemos. Vamos por partes: Carolina es favorita (y repito, si nos ponemos en que aspira a todo, muy favorita) frente a la americana, pero, a diferencia de sus hasta ahora compañeras de viaje, Beiwen Zhang sí puede echarla, si no tenemos un buen día. Sin ir más lejos y, aquí mismo, este 2024 echó a Carolina del Open de Francia. Pero no soy pesimista: soy optimista, porque ni la de Huelva no parece tocada como sí estuvo ese día, ni éste es el mismo escenario, aunque sea el mismo suelo. Para llegar aquí hemos observado una progresión física y mental en Carolina a la altura de su propio deseo de hacer algo grande. Zhang es muy versátil, y acaricia el nivel de las de arriba del todo; tiene una muñeca derecha prodigiosa, y acumula años de experiencia como para saber qué hacer en cada momento. Pero, y por tercera vez, si Caro está como parece que está, debería pasar y medirse con sus hermanas, las mejores del mundo.
