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Nuevo artículo de opinión de nuestro compañero Pablo Guerrero. El sentimiento recreativista a juicio


(Foto: Recreativo de Huelva)

Reza el refrán popular que al carro quebrado, nunca le faltan mazadas, es por ello que siempre trato de ser ecuánime en mis apreciaciones e intento razonar cada uno de mis argumentos de la forma más honesta. Cuando se trata de opinar, nunca me ha movido mayor pretensión que la de trasladar limpiamente mi parecer, sin sumarme a campañas orquestadas, sin dejar que me colectivicen y con total respeto. Soy un recreativista de base al que le gusta exponer cómo percibe la realidad de su equipo sin inquinas personales y con total ausencia de ideas preconcebidas. Huyo de tropelías tales como hacer leña del árbol caído.

 

¿Conocéis el chiste del tipo que va por la autopista, enciende la radio y escucha la alerta de que hay un loco circulando en sentido contrario por esa misma carretera? El tipo, al percatarse de la noticia exclama “¿Cómo que un conductor? Van todos en dirección contraria”. Esta broma bien podría asemejarse a la confección de la plantilla de nuestro Recre en la presente temporada e incluso, si me apuráis, hacerlo extensivo a gran parte de esta segunda etapa de Óscar Arias en la Dirección Deportiva del Decano. Creo que a nadie se le escapan la dificultad que supone armar escuadras competitivas cada mercado, en el caso del viejo Recre el camino se llena además de obstáculos dada su precaria situación económica, pero poner sobre el tapete esto no es incompatible con un sentir que se palpa mayoritario entre nuestra afición: el trabajo ha sido deficiente, tanta gente no puede estar equivocada si existe una conclusión tan generalizada y de esos polvos, estos lodos.

 

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Me gustaría incidir que voy a individualizar la gestión deportiva del club en la figura de Óscar Arias, al menos en lo que al devenir del primer equipo se refiere, sacando de la ecuación a un Juan Alfaro al quien considero –dicho con total respeto- un mero subalterno de Óscar. Siguiendo con el símil automovilístico, Juan es un conductor novel al que se le ha encomendado la tarea de ser copiloto de un coche de renombre participante en el WRC.

Entono el mea culpa, reconozco que me equivoqué, me pudieron las ganas de ver a “El Abuelo” en el lugar que considero que merece y no purgando penas en el tercer escalón del fútbol nacional. Obvié las experiencias anteriores -por aquello de no caer en conclusiones premeditadas- y vi en su presentación hace ahora algo más de año y medio a un Óscar Arias distinto al que se marchó, alguien más cercano y accesible.

Hay quien dice que la memoria es la inteligencia de los tontos y, quizás por el hecho de que mi cabeza retiene ciertos recuerdos con total nitidez, no puedo estar más en desacuerdo con tal afirmación. En su anterior etapa al frente de la Dirección Deportiva del Decano demostró nula capacidad para encajar las críticas negativas, realizando incluso una de las peores afrentas que puede cometer un hombre de club: criticar a su afición comparándola con otra rival. Cantaba Joaquín Sabina en “Peces de Ciudad” que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver, quizás Oscar debería haberse aplicado la frase a la inversa y renunciar a una segunda etapa donde tan poco valorado dijo haberse sentido.

Tampoco le han ayudado mucho al bueno de Óscar Arias sus declaraciones, ni en la faceta deportiva, ni en aquella en las que ponía en valor sus méritos, ya sabéis “director deportivo de Champions”. Me queda esa sensación de que en su cabeza está instalada la creencia de que el Recre actual no le merece, que es poco para él, que nos está haciendo un favor trabajando en este símbolo del onubensismo, como si el Recre fuera una Matrioshka y él un BIC dentro de otro BIC.

 

 

No me siento capacitado para opinar de lo deportivo en profundidad, como ya he dicho antes soy un mero recreativista de base que valora mucho el trabajo de los profesionales del fútbol, máxime cuando soy conocedor de la situación por la que atraviesa nuestro club. Me limitaré a parafrasear a alguien que creo que de esto del fútbol algún conocimiento tenía, “El Flaco” Menotti: el fútbol tiene cuatro acciones: defender, recuperar, gestar y definir. Con la mano en el corazón, ¿creéis que nuestra plantilla está los suficientemente compensada o cuenta con los mimbres adecuados para afrontar con solvencia dichos actos?

Prefiero recordar a Óscar Arias como aquel aguerrido jugador onubense que lo dio todo en el verde por su Recre, que se mostró combativo en episodios tan duros como aquellos encierros en los vestuarios de inicios de los años 90 protestando por los impagos, como ese jugador que retorno al Decano ya como veterano centrocampista con rol de capitán y que contribuyó de forma activa a regalarnos el segundo ascenso a Primera división en la dilatada historia del pionero del fútbol patrio. En su papel como director deportivo únicamente puedo decir que tanta paz lleve como descanso deja.