Ante la borrasca Comas, anticiclón afición
La sentencia del TSJA amenaza la estabilidad de la entidad onubense
El pasado viernes recibimos una de las peores noticias que podía recibir el recreativismo, más allá de descensos o malos resultados. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía le daba la razón a Pablo Comas y declaraba nula la expropiación realizada por el ayuntamiento en el año 2016. Un duro varapalo que le devolvería las acciones al mismo que nos acabó llevando a la ruina económicamente.
Y es que como se suele decir, qué poco dura la alegría en casa del pobre. Cuando parecía que empezaban a marchar las cosas deportivamente, cuando el día a día del club parecía ir recobrando poco a poco la estabilidad, la justicia le asesta un duro golpe al recreativismo. Eso sí, un golpe que no debe hacernos besar la lona. Un golpe que solo se puede revertir de una forma: con unión. Nosotros, los onubenses, somos los únicos capaces de hacerle frente a todo aquel que suponga un perjuicio para el club.
Está prohibido dar un paso atrás. Si bien este fin de semana ha sido duro (aunque la derrota en Alcoy ha sido lo de menos), los recreativistas no podemos dar la sensación de que estamos heridos. Nada ni nada podrá con una afición que salvó al club de la quema echándose a la calle masivamente por pedir la dimisión de aquel que amenaza con volver. Aunque no tengo todas conmigo de que lo haga.
Comas sabe que su periplo con la ciudad de Huelva terminó hace mucho tiempo. Volver a poner un pie en la ciudad supondría un incendio descontrolable nada fácil de apaciguar. Desconozco si buscará una venta a otro grupo inversor, lo que tengo claro es que muy a nuestro pesar saldrá ganando. Ya sea con agentes externos o con el propio ayuntamiento, quien tendrá que hacer malabares para llegar a un acuerdo medianamente satisfactorio.
De momento toca centrarse en el presente. No nos podemos engañar, Pablo Comas tiene la sartén por el mango y tarde o temprano volverá, pero hasta entonces el equipo nos necesita más que nunca. Pasarán uno, dos o quizás tres años hasta que el Tribunal Supremo confirme la sentencia. Demasiado tiempo para hablar de Comas y todo lo que rodea el asunto. Ahora mismo el club está en una posición privilegiada, seguramente por encima de sus posibilidades. No podemos dejar que factores externos influyan en el devenir de un equipo que representa a las mil maravillas lo que supone vestir la camiseta del Decano del fútbol español.
Es nuestro turno. Es el momento de dejar claro de qué pasta está hecha esta afición. La misma que salvó al club hace unos años. La misma con 13.000 socios en la tercera categoría del fútbol nacional. La misma que recorre miles y miles de kilómetros semanalmente sin importar la distancia ni si llueve, nieva o hace calor. Se asoma una borrasca llamada Comas, pero le espera un anticiclón llamado afición del Recreativo de Huelva.