Vientos de levante con aroma a oxígeno

La primera victoria a domicilio de la temporada ha despertado una ola de optimismo en el entorno recreativista.

Por fin. Diez meses y un puñado de decepciones después, el Recreativo de Huelva volvió a encontrar una sonrisa efímera, de esas que el tiempo había ido apagando. Lo hizo en Alicante, como la última vez, rompiendo un maleficio que parecía eterno. El triunfo, por momentos, significó escapar del descenso en una jornada que parecía redonda… hasta que el Yeclano, que no había ganado en todo 2025, decidió aguar la fiesta.
Estamos en tiempo de Carnaval: alegría, disfraces, colorido… Todo invita a la celebración y al optimismo en estas fechas, pero la lucha por la permanencia, que desafía la fina línea entre la vida y la muerte, no entiende de festejos. Como en Don Carnal y Doña Cuaresma, la eterna batalla entre la euforia y la penitencia, la entidad navega entre la ilusión y la angustia. Nueve equipos en apenas tres puntos, con el Decano entre ellos. Pese a estar firmando un curso muy gris, sigue dependiendo de sí mismo. Con el Betis Deportivo en el horizonte, la oportunidad de resarcirse está ahí: ganar, salir del descenso y meter a más equipos en la pelea.
Y eso que el camino no está siendo fácil. Con la pólvora mojada en ataque y un canterano agrandando su mochila de goles en el filial sin que le llegue su oportunidad en el primer equipo, fueron dos defensas, Rubén Serrano y Raúl Navas, quienes asumieron la tarea de marcar. Especialmente simbólico fue el misil desde más de 30 metros del veterano central, un golpeo agónico que respondió de inmediato al discreto penalti con el que el Hércules había igualado el partido un minuto antes. Si algo ha demostrado este equipo, sobre todo en casa, es que, aunque sufra, no se rinde.
En este tiempo de maremotos internos y externos, hubo quienes quisieron ser protagonistas, apareciendo y desapareciendo a su antojo, hurgando en la herida. Entre todo ese caos, hay momentos en los que cuesta ver la salida y la desesperanza aprieta sin tregua. Pero siempre se puede salir. De pelear por el ascenso a luchar por no volver a caer más abajo. Es lo que hay. Pero, de pronto, como el que aprende a andar: un pasito, un gol, un soplo más. Un “tú puedes” convertido en victoria. Huele a brisa marinera, esa que llena los pulmones de oxígeno y empuja a seguir remando.
Sin embargo, el fútbol, como la vida, nunca es del todo justo. Cuando todo parecía salir a la perfección, la inesperada victoria del Yeclano ante el Sevilla Atlético, que encadenaba cinco triunfos consecutivos, frustró la posibilidad de abandonar el descenso. Un recordatorio de lo que ya sabíamos: nadie va a regalar nada. La lucha será hasta el final, con equipos sumándose a la causa e incrementando la tensión en el ambiente.
Es inevitable echar la vista al calendario y hacer cuentas. Si se le gana al Betis Deportivo, se le iguala. Luego llegan Intercity y Atlético Sanluqueño, dos rivales directos a los que hay que dejar atrás. Marzo cerrará en Murcia, una plaza complicada, pero donde su gente le pesa más de lo que les impulsa. Después llegará abril, con el traspaso de poderes ya consumado y nuevas caras en el área institucional. Y, sin darnos cuenta, estaremos en mayo, encomendándonos, como siempre, a la Virgen del Rocío. A los nuevos propietarios, no sé si os gusta el Carnaval, pero os traslado unos versos de Rafa Adamuz: «Esto no es un club, ni un equipo de fútbol más». No contribuyáis a seguir dando marcha atrás.
Todo eso será después. Ahora toca lo inmediato. Para conseguir el objetivo, el primer paso es convertir el Nuevo Colombino en una ratonera, en un fortín donde cada rival sienta el peso de la historia. El domingo hay que ganar. Paso a paso. Como el que sale de un pozo oscuro y encuentra la luz. Como el que vuelve a creer en sí mismo tras mucho tiempo de dudas. Como el Recre, que se ha quitado la losa de no ganar fuera, se ha levantado y ha recordado que sí, que aún se puede.