Se confirman los peores presagios: Carolina tiene roto el ligamento cruzado de la rodilla derecha
La jugadora onubense tendrá que pasar por quirófano para tratarse su tercera lesión grave de rodilla
Carolina derrumbada sobre la pista, junto a su cuerpo técnico y el juez de silla (GETTY)
El Arena Porte de La Chapelle se tiñó de tristeza y conmoción cuando la rodilla fue la única villana capaz de vencer a Carolina Marín. «Fernando, me he roto», fueron las palabras que resonaron llenas de dolor y desesperación mientras lloraba desconsoladamente sobre la pista.
Un desafortunado movimiento, quien sabe, ha vuelto a cambiar drásticamente el rumbo de su carrera. Con el marcador a su favor en el segundo set, el sueño de volver a una final olímpica se desvaneció, dejando a Carolina en el suelo y a toda España con el corazón encogido ante las imágenes que se estaban retransmitiendo en el país vecino.
Al regresar a Madrid, los peores presagios se confirmaron: rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha y daños en los meniscos interno y externo. La jugadora, aún en estado de shock, tendrá que afrontar una futura operación para arreglar la zona dañada.
¿Es el fin de su carrera?
La incertidumbre sobre su futuro deportivo es palpable. Una carrera histórica ha sido entorpecida por un extenso historial de lesiones que no han permitido allanar el camino. Río 2016 representó el pico de su trayectoria deportiva; la no participación en los Juegos Olímpicos de Tokio fue un pequeño bache; y París 2024 podría ser el desenlace. A sus 31 años y con su desafortunado currículum de lesiones, surge inevitablemente la pregunta sobre su futuro. Sin embargo, ya conocemos a Carolina. Tozuda, cuanto menos, su inquebrantable determinación y fortaleza pueden abrirle caminos inesperados.